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Bodegas de la D. O. Toro: renovarse o morir

La bodega La Viña del Abuelo inaugura nuevas instalaciones enoturísticas en pleno casco antiguo de la capital del Vino de Toro

El patrimonio histórico-arquitectónico y el enológico se dan, en ocasiones, la mano. Y en una ciudad como Toro y su Denominación de Origen, más si cabe. Este es el caso de la bodega La Viña del Abuelo que, aunque no se trata de la última incorporación a la D. O. del Vino de Toro, — ya que estaba inscrita desde 2006 — sí es la última que ha optado por aquello de «renovarse o morir» y ha decidido apostar por la capital de la D. O. con la inauguración de unas nuevas instalaciones en pleno casco antiguo de Toro.

La nueva «casa» en la que se asienta La Viña del Abuelo se trata de las antiguas paneras del desaparecido monasterio de la Orden de la Merced, un edificio que data de hace más de 200 años y que estaba inutilizado y ha sido rehabilitado por parte de los propietarios de la bodega.

Desde hace un par de meses, el edificio alberga la zona de elaboración del vino, con embotelladora, sala de depósitos de acero inoxidable y sala de barricas, además de una tienda donde se pueden comprar los vinos de la bodega y una zona de taberna en la que pueden beberse y degustarse algunos de los platos típicos de la cocina tradicional castellana mientras se disfruta de las vistas a la sala de toneles. 

La puesta en marcha de estas nuevas instalaciones permite a la bodega ampliar su capacidad de producción en más de 100.000 litros anuales. Según palabras del enólogo, Rubén Sanz, se trata de una “bodega pequeña, pero preparada para cubrir expectativas de futuro”. Además, la apertura viene a potenciar los recursos enoturísticos de la D. O. Toro y su Ruta del Vino de Toro.

Según palabras del propietario, Daniel Waldburger Ruiz, la bodega ocupa ahora “un lugar histórico de las decenas de sitios históricos que hay en Toro y es, por fin, una realidad guardada entre muros centenarios”, además, “cumple el deseo de una familia de perpetuarse en el tiempo” y supone la continuación de un proyecto que nació hace más de 100 años, cuando el abuelo de Waldburger, Patricio Ruiz, “comenzó la aventura en la provincia de Toledo”. Un camino “duro y difícil” que ahora prosigue su nieto Daniel en Toro, donde “hasta el agua de la lluvia tiene esencia de vino”.

Un momento de la inauguración de las nuevas instalaciones de la bodega La Viña del Abuelo. Foto Marisol Cámara

En el acto de inauguración de las nuevas instalaciones de la bodega en Toro estuvieron presentes para arropar a su propietario el alcalde de Toro, Tomás del Bien; los concejales del PP y del grupo no adscrito, María de la Calle y Javier Gómez y Teodoro Alonso, respectivamente; el presidente de la Denominación de Origen Toro, Felipe Nalda; el gerente del Consejo Regulador de la D. O. Toro, Rubén Gil, y el presidente de CEOE-Cepyme en Toro, Elier Ballesteros. Además, la inauguración contó con la presencia del embajador de Suiza en España, Hans Peter Mock, “amigo personal” de Waldburger o la reconocida enóloga, química y escritora Isabel Mijares. 

La D. O. Toro sigue creciendo

La inauguración de estas instalaciones en la ciudad de Toro amplía la oferta vitivinícola y enoturística presente en la zona de la Denominación de Origen Toro, que ya cuenta con más de 60 bodegas inscritas para comercializar sus vinos bajo el sello de calidad que supone la D. O. Toro. La última en adherirse fue, hace alrededor de un año, Bodegas y Viñedos Maires; antes la precedieron Bodega Campo de Toro y Bodega Latarce.

Además, el crecimiento de la D. O. sigue imparable y es que concluyó el pasado 2021 con un aumento de sus ventas del 3,94 % con respecto al año anterior, lo que sitúa el volumen de venta en más de 16 millones de botellas de vino comercializadas con la tirilla de la D. O. Toro.

Renovación del Pleno del Consejo Regulador

A finales de 2021, además, tuvieron lugar las elecciones para la renovación del Pleno del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Toro, unos comicios en los que fue reelegido por mayoría absoluta Felipe Nalda Álvarez, quien encabezaba la única candidatura presentada y que sigue así al frente del órgano vitivinícola.

En este segundo mandato, Nalda apuesta por “la continuidad en las estrategias que funcionan y que las cifras avalan” y asegura que se abre “una nueva etapa de ilusión y trabajo conjunto”.

Fotos Marisol Cámara

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