Amancio Moyano pide medidas para asegurar la rentabilidad del sector vitivinícola

El teatro Latorre de la ciudad de Toro ha sido nuevamente el escenario que ha acogido el pregón oficial con el que se abre cada año la tradicional Fiesta de la Vendimia toresana, declarada de Interés Turístico Regional, que en esta edición, la de 2025, ha correspondido al expresidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Toro, también viticultor, gerente de Bodegas Covitoro y abogado, Amancio Moyano Muñoz, quien ofreció al numeroso público asistente un pregón cargado de emotivos recuerdos, pero también de elementos reivindicativos con respecto a la situación actual de la viticultura.

Amancio Moyano ofreció un discurso con el que se dirigió al público para realizar una reflexión sobre la tradición vitivinícola, el esfuerzo que requiere todo el proceso y el orgullo propio de una tierra vinculada tradicionalmente al vino. Por este motivo, comenzó su pregón asegurando que era «un verdadero orgullo participar, colaborar, implicarme en cualquier actividad relacionada con Toro y sobre todo con el vino, con el vino de Toro». Y es que, como recordó, los últimos 23 años de su vida «los he vivido con una relación muy importante con el vino de Toro. Primero como miembro del Consejo Rector de Covitoro y, posteriormente, como presidente de la D.O. Toro», cargo que ocupó desde 2003 hasta 2016, una época que «no fue fácil», pero de la que considera que «entre todos conseguimos que la Denominación de Origen siguiera creciendo tanto en número de bodegas como en millones de botellas comercializadas».

En este sentido, reconoció que la primera persona que le animó a acercarse al mundo del vino fue su padre, «resignado de ver como después de haber finalizado los estudios de Derecho decidí quedarme en el campo». Y añadió que su incorporación a la directiva de Covitoro «me ha permitido conocer a personas maravillosas, y a otras no tanto», aunque «de todas he aprendido todo lo que he podido», al mismo tiempo que indicó que «el mundo del vino es un mundo apasionante, complejo, amplísimo«. No obstante, precisó que, si bien «los padres de nuestra generación nos decían que estudiáramos y abandonáramos el campo por la falta de rentabilidad«, en la actualidad, «por desgracia, la cosa no ha cambiado mucho«.

Dificultades actuales del sector vitivinícola

Por lo que respecta a la Fiesta de la Vendimia, Moyano incidió en que «en otras épocas, me atrevo a decir que la vendimia, sin dejar de ser un trabajo duro, se teñía de aires festivos en la que familiares y amigos ayudaban a los viticultores en la recolección de sus uvas«, algo que hoy en día «ha cambiado mucho y para peor«, puesto que el viticultor tiene muchas dificultades para encontrar «quien le compre las uvas a un precio justo», y, aun en el caso de encontrar una bodega que lo haga, «el siguiente paso es encontrar trabajadores que realicen la vendimia, sin escatimar en los jornales a pagar». Además, a todo esto hay que añadir lo que «considero un exceso de celo por parte de las administraciones al llevar a cabo las inspecciones de trabajo«. Como consecuencia, destacó Moyano, «todas estas circunstancias no ayudan precisamente a conservar esos viñedos viejos de los que tanto presumimos, ni a fijar población en el mundo rural tan necesitado de ello, más bien animan a todo lo contrario».

Y a todos estos problemas añadió otro, «el excedente de vino existente que impide a las bodegas comercializar ese producto de forma rentable«, por lo que resaltó que «espero que esas administraciones colaboren para que el problema de la mano de obra en el campo pueda mejorar en los próximos años». De no ser así, adelantó que «podemos ver arrancar viñedo y cerrar bodegas de la D.O. Toro más pronto que tarde«.

Por su parte, señaló las medidas que cree necesarias para reducir este excedente, y así, matizó que «es imprescindible el seguir apostando por la calidad y realizar todas las acciones promocionales que se crean necesarias y que se están haciendo tanto por parte de las bodegas como por parte del Consejo Regulador», aunque también afirmó que «ayudaría que la normativa vitivinícola fuera un poco más coherente«.

Con todo, Moyano aseguró que «quiero ser optimista y pensar que de cara al futuro estas circunstancias van a cambiar para mejor, que las bodegas y viticultores van a obtener una rentabilidad en su negocio y con ello van a contribuir a que los pueblos de la zona no queden desiertos en las próximas décadas y a que los padres les digan a sus hijos que estudien pero que no abandonen el campo«.

En cuanto a sus recuerdos personales sobre la Fiesta de la Vendimia de Toro, indicó que su primera imagen de esta fiesta «se remonta a 1978, cuando de crío recuerdo como engalanaban un carro en el corral de mis padres, en Villabuena, para participar en el desfile de Toro«. Y es que, como sucede con muchas familias de esta zona, «la relación de mi familia con el vino y el viñedo ha sido siempre muy importante«. Tanto es así, que recordó ante los presentes que, antes de que existieran Covitoro y la Denominación de Origen Toro, «en el corral de mi tío Marino, mi padre, con otros vecinos del pueblo, coordinaban la compra-venta de buena parte de la uva de los viticultores de Villabuena«.

La Fiesta de la Vendimia como promoción del vino de Toro

Puesto que, en su opinión, el vino de Toro cuenta con calidad «más que contrastada», Moyano afirmó que «la comercialización sigue siendo el caballo de batalla», para lo cual es «fundamental» la promoción, algo en lo que «la Fiesta de la Vendimia de Toro juega un papel muy importante», dado que «cada vez son más las personas que nos visitan durante esta semana y, sobre todo, el domingo, el día del desfile de los carros», y es que «esos visitantes son muy buenos embajadores para difundir la calidad del vino de Toro en sus zonas de residencia«.

Por otra parte, el pregonero aprovechó el momento para «reivindicar la concesión del Interés Turístico Nacional a la Fiesta de la Vendimia de Toro» y señaló que la solicitud del reconocimiento de Toro como Ciudad Española del Vino en 2026 «es una muy buena oportunidad para atraer turismo a la zona, aunque es cierto que lleva implícito un trabajo a la hora de realizar diversas actividades divulgativas». Sin embargo, resaltó que «todas estas iniciativas son muy importantes a la hora de dar a conocer nuestros vinos«.

Recuerdos, agradecimientos y brindis

Moyano también incluyó a lo largo de su pregón varios recuerdos y agradecimientos, como los dedicados a su padre, fallecido hace casi un año; a su madre y a su tía Sayito; a Covitoro, a sus socios y a sus trabajadores, o a las personas que le acompañaron durante su etapa en el Consejo Regulador, vocales, trabajadores, viticultores y bodegueros.

Como conclusión de su pregón, Amancio Moyano dedicó unas palabras elogiosas al vino, recordando a los asistentes que ya en la Biblia se concibe el vino «como un regalo de Dios que contribuye a la alegría y al bienestar de las personas«, por lo que deseó que en la Fiesta de la Vendimia, los diversos actos, junto a la compañía del vino de Toro, «consumido con la moderación que cada uno considere necesaria, consigan la alegría y bienestar para todos los toresanos y para todas las personas que nos visiten». Y así… «que viva el vino… el vino de Toro«.

El evento, que estuvo presentado por la periodista toresana Canto Marbán, contó con la presencia de la alcaldesa de Toro, Ángeles Medina, el gerente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Toro, Rubén Gil, el subdelegado del Gobierno en Zamora, Ángel Blanco, y la diputada delegada de Asistencia Técnica a Municipios y diputada provincial por la comarca de Toro, Natalia Ucero.

Para finalizar el acto inaugural de la Fiesta de la Vendimia, tras el pregón ofrecido por Amancio Moyano, éste brindó con las autoridades presentes con vino de Toro. Por último, el grupo Molofolk ofreció al público asistente una actuación con la que se cerró la velada.