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Rosa María Piorno pregona la Semana Santa de Toro

La pregonera rememora vivencias "semanasanteras" de su juventud en su discurso e invita a los cofrades y toresanos a seguir inculcando a sus hijos el amor por la Pasión

La Colegiata de Toro ha vuelto a acoger, después de dos años, el preludio de la Semana de Pasión toresana con su acto de apertura oficial, el pregón que este año ha pronunciado Rosa María Piorno Carral. Esta toresana, aunque residente en Ávila, compartió con quienes se acercaron a escucharla un discurso plagado de recuerdos y vivencias propias durante la Semana Santa, de los actos y procesiones que tienen lugar en la ciudad durante estos días y también reflexiones sobre la religiosidad y el cristianismo.

Y es que la trayectoria de Piorno, además de haber estado ligada, principalmente, al turismo durante gran parte de su vida profesional, también ha estado marcada por su labor como catequista, algo que se ha dejado notar en un pregón muy reflexivo y didáctico en el que la pregonera, “con un inmenso honor y gran responsabilidad”, tenía como objetivo “pregonar la enseñanza que Dios quiere transmitir” y su “amor infinito”. 

Rosa María Piorno hizo referencia también a situaciones difíciles que se están viviendo actualmente en el mundo, como la pandemia del COVID-19 que conlleva, además de la enfermedad y la muerte, que algunas personas sufran la soledad; o a guerras y enfrentamientos en diferentes lugares del mundo “movidas por el afán de codicia y poder de unos pocos”, haciendo especial referencia a la situación actual de guerra entre Rusia y Ucrania.

“Ante semejante barbarie podríamos exclamar: ¿por qué, Señor, nos has abandonado?” tal y como hizo Jesús, pero, según Piorno, esta exclamación “no reflejaba falta de confianza, solo petición de ayuda”. Y por eso, “Jesús nos pide cooperación” porque “el mundo se salvará si nos amamos”. Asimismo, la pregonera expuso que “Jesús está ahí y sigue muriendo hoy en cada persona que sufre, sigue cargando todos los días con todas las cruces del mundo por amor, para salvarnos”.

El discurso inaugural de la Pasión toresana, además de momentos de reflexión, también tuvo apelación al recuerdo de los más mayores, a quienes Piorno quiso preguntar si recordaban cómo vivían la época de Cuaresma hace unos años. También hizo mención a algunos momentos concretos de la Semana Santa en Toro, como la preparación “con cariño” de los monumentos durante el Miércoles Santo para recorrerlos al día siguiente, Jueves Santo, y asistir a los oficios, para lo que se vestían con “los mejores trajes”; o la alusión al Viernes Santo, “día de silencio y oración, de procesión por excelencia”. 

Rosa María Piorno durante el discurso que abre la Semana de Pasión. Foto Marisol Cámara

Piorno confesó que, en alguna ocasión, durante aquel día, tuvo la tentación de ponerse la túnica de su tío Manolo para poder formar parte de la procesión de la madrugada organizada por la Cofradía de Jesús Nazareno y Ánimas de la Campanilla ya que, en aquella época, a las mujeres no les estaba permitido ser cofrades.

“Qué bonitos recuerdos guardamos de aquellos momentos vividos en Semana Santa”, compartió Piorno, quien expuso que las procesiones, junto con los oficios litúrgicos, son las dos caras de una misma moneda y tienen que ir combinadas porque “es triste ver cómo las iglesias no están tan llenas en estos días como las calles”.

La pregonera también hizo un repaso por los diferentes actos litúrgicos y procesiones que tienen lugar en la ciudad durante estos días y a sus momentos de mayor idiosincrasia, como el Canto de las Cinco Llagas durante la noche del Miércoles Santo o la Bendición de los Conqueros en la mañana del Jueves Santo; así como las imágenes procesionales que desfilan en la Semana Santa toresana, algunas de gran talla artística, procedentes de la escuela de imaginería que hubo en Toro y de la que formaron parte escultores de la categoría de los hermanos Tomé, Juan de Juni, Esteban de Rueda o Sebastián Ducete.

Tampoco faltó en el recuerdo de la pregonera el incendio que en el año 1957 asoló la iglesia de Santa María de Roncesvalles y Santa Catalina y todos los pasos procesionales que albergaba, y cómo, con el esfuerzo de todo un pueblo, “se recogió dinero por toda España” para costear unos nuevos pasos para la Cofradía de Jesús Nazareno y Ánimas de la Campanilla.

Rosa María Piorno alegó que aquí las procesiones son austeras porque “nuestro carácter no nos permite vivirlas de otra manera” e invitó a los toresanos y cofrades a ser “misioneros” y seguir el “modelo de Jesús” porque ellos, les dijo, son “fundamentales para que haya procesiones y para transmitir el mensaje de Jesús”.

La pregonera finalizó su alocución instando a los toresanos a que no dejen de inculcar a sus hijos el amor a “nuestra Semana Santa y lo que en ella se vive, contadles que es más que llevar una túnica”, y prosiguió pidiendo que no se sientan creyentes únicamente una semana al año porque “tenemos que seguir siendo testigos de Cristo para las generaciones futuras”.

Cofrade de Honor

El acto del pregón concluyó con la entrega, como cada año, del galardón Cofrade de Honor, que esta vez ha recaído en la Asociación Musical «La Mayor», una agrupación vocal que, con su música, forma parte de gran número de actos y procesiones de la Semana Santa toresana, en los que entona algunos de los himnos compuestos expresamente por su director, José Manuel Chillón, para realzar dichas celebraciones, como los himnos a la Virgen de los Dolores y a la de la Soledad, el himno al Cristo del Amparo o las estaciones del Via Crucis que se cantan durante la procesión del Miércoles Santo.

Agrupación Musical «La Mayor», Cofrade de Honor. Foto Marisol Cámara

El presidente de la asociación, Alfonso Martín, recogió el galardón de manos del presidente de la Junta Pro-Semana Santa, Francisco Iglesias. Martín ofreció el reconocimiento a sus compañeros de la coral, una “gran familia” con la que comparte el “honor” de poner música y voz a muchos de los actos más representativos y emotivos de la Semana de Pasión en Toro.

La Junta Pro-Semana Santa de Toro otorga este reconocimiento cada año, a propuesta de las cofradías que la integran, a alguna persona o entidad que, durante cierto tiempo y de manera desinteresada, haya contribuido a mejorar o engrandecer de algún modo la Semana Santa de la ciudad.

Fotos Marisol Cámara

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