Piezas artesanales, manos primorosas
La Asociación de Amas de Casa Delhy Tejero de Toro expone numerosas labores confeccionadas por las alumnas y profesoras de sus cursos de encaje de bolillos y de indumentaria tradicional

Mostrar la satisfacción del trabajo bien hecho es uno de los motivos por los que la Asociación de Amas de Casa Delhy Tejero de Toro ha organizado recientemente en su sede, en el Palacio de los Condes de Requena, una exposición de numerosas labores elaboradas de forma artesanal tanto con encaje de bolillos como prendas de indumentaria tradicional de Toro y de las distintas comarcas de Zamora, todas ellas preciosas y confeccionadas con cariño, esfuerzo, dedicación, tiempo, paciencia y habilidad. Muchas de esas piezas han sido hechas por las alumnas de los dos cursos, impartidos por la Asociación, de bolillos y de indumentaria tradicional, mientras que otras han sido cedidas por las profesoras de ambas disciplinas.
La profesora de indumentaria tradicional, Herminia Esteban Franco, explicó que en las clases realizan reproducciones de la indumentaria tradicional de Toro y de la provincia de Zamora, «cosemos los trajes durante el curso, y son de todas las comarcas zamoranas». Así, en la exposición pudo verse una pequeña representación de la indumentaria que se ha elaborado durante el curso, y la profesora aclaró que «todo está hecho por las alumnas de indumentaria tradicional que asisten a las clases de la Asociación Delhy Tejero».
Por tanto, precisó que la decisión de montar esta muestra se tomó con la finalidad de que se pudiera conocer el trabajo que se realiza desde la Asociación, «que está apoyando las clases de indumentaria tradicional para su recuperación», motivo por el que expusieron al público los trabajos que se han elaborado en estas clases.
Por lo que respecta a la labor de confeccionar los trajes tradicionales, Herminia Esteban resaltó que «es difícil de enseñar y es difícil realizarlo«, y es que todo requiere su tiempo, ya que, como indicó, «un traje tradicional puede llevar dos años para realizarlo completo», y eso siempre que se le dedique tiempo. Además, matizó que también depende del traje del que se trate. Como ejemplo, señaló que «una camisa tradicional se tarda en hacer, como mínimo, tres meses», dado que primero requiere el aprendizaje de las técnicas que se van a realizar y luego aplicarlas.

En este sentido, reconoció que las camisas tradicionales suponen, precisamente, la parte más difícil de hacer «porque llevan mucho tiempo, y es que, por ejemplo, hay que contar los hilos». En cuanto a los trajes, también destacó la dificultad del traje de Viuda Rica de Toro por elementos como las lentejuelas de oro, «que lleva mucho tiempo colocarlas, y, además, colocarlas bien, que requiere también su técnica».
Por otro lado, explicó que las alumnas no pueden elegir el dibujo que quieran para su traje, sino que estos dibujos «están sacados de los dibujos antiguos» y lo que hacen son reproducciones. Lo que sí puede elegir cada alumna es el traje que va a realizar, y ahí se determinan los dibujos que son específicos de cada comarca, de modo que «los dibujos de Tierra de Campos son distintos de los del Alfoz de Toro o los dibujos de Sayago». Por tanto, existe una variedad «pero dentro de cada zona, no todos los dibujos valen para todas las comarcas», de manera que cuando se elige un traje se debe ceñir al estilo de ese traje con los dibujos correspondientes a su comarca y con sus materiales, «que los buscamos, dentro de los materiales actuales que tenemos, los que más se igualen a los materiales antiguos«.
Éste es, además, uno de los motivos que hacen que resulte una labor muy costosa, pues los materiales que se utilizan son materiales caros, «como terciopelos, paños buenos, no vale cualquier paño, paños de estameña, algodones, terciopelos labrados, lentejuelas de oro, abalorios, canutillos, puntillas de bolillos…, el material es caro». Y añadió que las alumnas también asisten a clases de bolillos «y las puntillas que hacen luego las colocamos en los mantones de lino».
Por su parte, la profesora de encaje de bolillos, Rosario Hernández Ruiz, comentó que de las seis alumnas que tiene en sus clases, cinco llevan mucho tiempo aprendiendo con ella, así como que dos no son de Toro y se desplazan hasta la ciudad para asistir al curso. Por lo que respecta a ella, recordó que lleva unos 15 años dando clases, aunque, curiosamente, «nunca tuve la intención de dedicarme a dar estas clases». No obstante, apostilló que «una vez me lo propusieron y accedí… y luego ya seguí con ello».
En cuanto a la exposición, señaló que se pudieron admirar, además de algunas piezas y dos mantillas confeccionadas por ella, otras realizadas por sus alumnas. Entre todos los artículos se encontraban pañuelos, carteras, bolsos, baberos, un conjunto de Comunión, rosarios, abanicos, ligas de novia…, incluso bisutería, que también se lleva a los encuentros que se realizan en lugares como Zamora, Valladolid o Simancas, «encuentros en los que vemos cosas impresionantes».

Todos estos artículos, matizó, requieren mucho tiempo para su elaboración, «y mucho más cuando se trata de alumnas que están aprendiendo, a las que no se les puede calcular un tiempo» porque éste depende tanto del producto que confeccionan como de la habilidad personal para llevarlo a cabo. Así, incidió en que «como es lógico, a unas alumnas se les da mejor que a otras», aunque, como sucede en muchos otros ámbitos, aseguró que en gran medida depende también de «las ganas con las que se coja la labor que se va a hacer».
Con respecto a los artículos expuestos, comentó que hubo algunas personas que le preguntaron por su venta, «pero se asustan cuando les dices el precio y no te lo pagan porque consideran que es demasiado». Sin embargo, «no es así», y, de hecho, el precio siempre se queda por debajo del valor real porque son piezas que llevan mucho trabajo y muchas horas para su confección. Por eso, aseguró, «yo no vendo lo que hago, aunque en muchas ocasiones, a lo largo de los años, sí he regalado muchas de las cosas que he hecho«.

Como valoración de la actividad, Hernández afirmó que la muestra «resultó bien, muy bonita y con la asistencia de mucha gente para verla». De hecho, reconoció que «mucha gente nos felicitó porque estaba muy bien y muy bien expuesto para poder verlo todo». Aunque también añadió que «la pena es que tan sólo estuviera un día» porque pensaba que se podría haber mantenido durante más tiempo, «pero para eso habría que buscar otro lugar en el que tenerla».
Vídeos de la exposición de encaje de bolillos. Cedidos por Nico Martín