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Asamblea de diablos

Miles de personas presencian el desfile del Festival de la Máscara, con más de 30 representaciones tradicionales de España y Portugal y 450 participantes

Organizado por el Patronato de Turismo de la Diputación de Zamora (que ha demostrado una vez más que las tradiciones más ancestrales son un magnífico reclamo para atraer visitantes a Zamora y llenar sus calles de vida), el desfile partía a las seis de la tarde del pasado sábado de La Marina por las calles más céntricas de la ciudad, donde el público aguardaba en dos grandes filas repletas de gente con cámaras y dispositivos móviles para captar distintos momentos y personajes.

Diablos, demonios, caretos, carochos, cigarrones, zangarrones, tafarrones, madamas, filandorras, los jarramplas y distintos personajes cargados de leyenda con estrafalarias y coloridas vestimentas llenaron la ciudad de alegría con sus indumentarias, disfraces, manteos o capas y el incesante sonido de cencerros, carracas y la sonora percusión de los grupos portugueses.

Bromas, carreras, abrazos, golpes o tiznados de ceniza en la cara se sucedieron para interactuar con el público como hacen en sus respectivas mascaradas de invierno, que se celebran en su mayoría en torno a la Navidad y el Año Nuevo o durante los Antruejos.

Cerraban el desfile las catorce representaciones zamoranas, vitoreadas por los paisanos y vecinos que tan bien las conocen y reconocen y que manifestaban así su alegría porque después de tres años de ausencia (en 2019 el desfile fue suspendido por la previsión de lluvia y en 2020 y 2021 a causa de la pandemia) los diablos y demás corte demoníaca regresaban a las calles.

Concluido el cortejo, en la Plaza de Viriato tuvo lugar la proyección de un vídeo en solidaridad con la Sierra de La Culebra, que también se ha hecho un hueco entre algunas de las mascaradas de la zona. Los participantes después se trasladaron a la Fundación Hispano-Lusa Rei Afonso Henriques, donde disfrutaron de una cena de hermandad y de la actuación del grupo Entavía.

Separados por una frontera y por el Duero, las máscaras demostraron que España y Portugal permanecen unidas y hermanadas por tradiciones ancestrales cuyo origen se pierde en el tiempo, pero permanecen intactas en un siglo XXI que las mantiene vivas.

Maravillosa, mágica asamblea de diablos.

Fotos de Andrés Moreno y Yolanda Martín Cabañas

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