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A vueltas con la inclusión…

La verdadera inclusión es la que respeta la vida y las condiciones de todas las personas y facilita su desarrollo, y, desde luego, no tiene nada que ver con cambiar forzada y artificiosamente la última vocal de las palabras

Y yo me pregunto, ¿escuchamos la voz de todos los que desean y quieren ser incluidos? ¿O sólo se nos imponen leyes absurdas de pseudoinclusión para colectivos supuestamente marginados y que en determinadas ocasiones parecen emerger y estar más de moda y en boca de todos?

Soy fan número 1 de Trini, a la que conozco por el Facebook. Niña con síndrome de Down que te enamora y encandila por ser ella misma. Ha tenido la suerte de nacer en una familia normal, que la quiere como al resto de sus hermanas, y es feliz porque, sencillamente, es una niña. Y a esas edades lo normal es ser feliz. Si te dejan, respetan tus derechos y las políticas del momento están de acuerdo en dar visibilidad y te «incluyen» en sus prioridades y proyectos más inmediatos.

Más allá del lenguaje inclusivo, que quieren imponernos, cuando el lenguaje es libre, por no decir rebelde, que hace lo que quiere. Y si cambia es porque sufre desgaste por el uso y ya no tiene ganas de seguir peleando. Más allá de que las matemáticas también incluyan esta premisa de inclusividad: no sé si 2+2 son cuatro, cuatra o cuatre… Más allá de que me exijan pertenecer a un colectivo. Más allá, repito, de que me lapiden por tener mi perspectiva y pensamiento propios sobre el género o la ambigüedad del ser humano, quiero levantar mi voz para pedir respeto por las personas. A todas, sean de la condición que sean, de su género, ideología, inclinación, que tengan un cromosoma de más, que puedan caminar o no, servirse por sí mismas o dependan de otras.

Que a nadie le priven de venir a este mundo, que nadie imponga sus criterios para dar de paso a éste sí, pero a éste no. Que nadie sea más que nadie para dar permiso a los demás y decidir quién respira o a quién se le amordaza.

Trini, para mí eres una heroína, y tu familia, el canal que te ha proporcionado una verdadera inclusión en el mundo. Independientemente de por qué vocal termines, eres persona y tienes todo el derecho a que se cuente contigo para la vida.

Digo sí a la inclusión, pero a la de verdad, a la de proporcionar a todos calidad de vida, a no menospreciar a nadie por sus muchas o pocas cualidades, a defender la visibilidad, a no esconder ni tapar a las personas por su aspecto o condición, y digo sí a que no necesitemos, por favor, emplear una «arroba» para sentirnos respetados.

Por todo, pongamos de nuestra parte para que la inclusión, de la que tanto se habla, sea verdadera y sin artificio.

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